Arnon Grunberg
Las Provincias,
2004-06-05
2004-06-05, Las Provincias

Ni un pelo de tonto


Guillermo Ruiz

menor era la de mi pelo, y por eso opté por ella", cuenta uno de los capítulos.
El creador de la ficción se llama Arnon Grunberg, es holandés, tiene 37 años y vive en Nueva York. No obstante, su estancia prolongada en tierras americanas apenas ha influido en el ambiente del libro, que poco tiene que ver con la prosa anglosajona excepto en mínimos detalles. Entre ellos, algunos apuntes que se descubren en torno al rock and roll retratado por la cantante Blondie y su melodía Call me. Así pues, la cultura europea domina la trama, y la presencia de un sinfín de celebridades nacidas en el viejo continente y ascendidas a las alturas, como Kant o Hegel, denotan el aire clásico que respira esta obra, un texto que Grunberg decidió publicar bajo el pseudónimo de Marek van der Jagt, idéntico apelativo al del protagonista. Sin embargo, todo se enredó cuando se dispararon las ventas, el libro comenzó a obtener prestigiosos premios y se transformó en una eclosión literaria a la luz del país de los tulipanes y, poco después, a lo largo y ancho de medio mundo.
El premio Nobel japonés Kenzaburo Oé ya expuso hace tiempo que una novela debe abastecerse de sentencias filosóficas y Cómo me quedé calvo jamás las rehuye: "... Concebía la vida como un invento - refleja uno de tos pasajes-... y pensándolo bien, tanto el invento como el inventor eran castigados con el silencio".

Marek van der Jagt es un joven vienés estudiante de filosofía que cuenta su historia familiar en primera persona. El rigor de la redacción se estructura bajo la más estricta tradición centroeuropea de las novelas de posguerra que tan pródigamente esculpieron los autores germanos Heinrich Böll o Harmut Lange, dentro de un trasfondo donde contrastan intermitentes el peso del humor desgarrado y el pesimismo. Paralelamente, esta última condición unió en aquellos tiempos el existencialismo de Jean-Paul Sartre y la concepción nihilista que se extrae de las obras escritas por Albert Camus. Al tiempo, Cómo me quedé calvo se baña en la decadencia moral que trae bajo el brazo la literatura de finales y principios de cada siglo al estilo de Oscar Wílde y, como si se contagiase de la brillante trayectoria que marcó el literato irlandés, el libro va ganándose a pulso el honor de convertirse en un clásico moderno del nuevo milenio gracias al ingenio que transmite y la originalidad de su planteamiento.
Esta historia sorprendente y divertida narra las aventuras y, sobre todo, las desventuras de Marek, un avergonzado, inquieto, excéntrico y solitario adolescente que persigue el amor loco lejos de las fronteras y los límites, para cuyo objetivo encuentra el obstáculo de su pene, que digamos no está a la altura del resto del cuerpo. De cara a semejante búsqueda poco le ayuda su familia, compuesta por unos individuos que se comportan de forma extraña y, para mas inri, la madre muere en circunstancias no aclaradas. El padre es un rico agente de seguros y sus dos hermanos, unos triunfadores. Todo lo contrario a él... Lo dejaremos claro.
El autor no tiene ni un pelo de tonto: el hecho de que el protagonista se vaya quedando calvo resulta un mal menor. Tamaña idea sólo significa un certero gancho que sirve como curiosidad para titular la novela. "De todas mis ausencias, la